Los libros vuelan, vuelan los libros. Libros be-bé, libros adolescentes, libros mayores y mayúsculos libros que tocan piano, libros que leen y saltan… libros que no dejan dormir y que se alimentan de vocales, consonantes y palabras …
Lleno de metáforas y consolidando, a mi entender, la vigencia de los libros, quizás por casualidad la Academia de las Artes y las Letras concede un premio Oscar a una historia que no podría haber sido mejor narrada: «La fantástica historia de los libros voladores de Morris Lessmore».
Uno de los libros mayores, en cuidados intensivos, nos invita a leerle y así lograr que cobre vida… Qué bonita experiencia.
Aunque mi trabajo y gusto me llevan por pantallas, con mayor gusto y satisfacción hojeo y ojeo permanentemente esas interfaces que no desencantan.
Los libros que bailan, los libros en su jardín infantil, todos son libros que se niegan a la soledad, mucho más a la melancolía, reciben siempre a un nuevo lector que les acompaña y les da nueva vida…
Con mucho entusiasmo leo y veo este bonito cortometraje e invito a todos a revisarlo, a sonreir en silencio con sus metáforas y a encontrar ése libro que -en cuidados intensivos- nos permitirá rejuvenecer todos los días.
Un libro nos invita a seguirle…